domingo, 27 de octubre de 2013

Tita.

Recuerdo cuando era pequeña y me sentabas en sillón con tu biberón de cola cao y los 
dibujos en la tele, las tardes de novelas, de merienda, el olor de tu colonia, tus labios pintados de rojo y los días en los que preparabas el almuerzo para 
la familia. Aún no me creo que ya halla pasado cuatro años desde que te fuiste para siempre, o mejor dicho, aún no me creo que te hallas ido para siempre. Es algo que no logro asimilar. Y es que me quede con tantas cosas que decirte y con ganas de compartir muchísimos mas momentos contigo. Odio pensar que en momentos de mi vida que me gustaría que estuvieses tu, no  lo estarás. Ahora mismo no sé donde estás pero seguro que estás bien. Tu fuiste mi segunda madre, la mejor abuela que puede haber, siempre te admiraré por la vitalidad y la felicidad que siempre desbordabas. Da igual el tiempo que pase, nunca te olvidaré, siempre serás mi ángel. Y es que tú deberías haber sido eterna.
Porque eras de esas personas que se te quedan dentro, dentro de todos los que te conocían. Porque irradiabas sonrisas y alegría, porque contigo todo estaba bien. Era imposible estar triste a tu lado, tú te encargabas de eso. Siempre me acordare de todos los consejos que nos dabas . Cada día estabas ahí recibiéndonos a todos y dándonos todo de ti. Eras tan grande, tan única, tan fuerte que siempre estarás en nuestros corazones. Y hoy solo quiero decirte que pasen los años que pasen yo nunca te olvidaré y que espero llegar a tener la vida que querías para mí y que espero vivirla como tú, siempre feliz, siempre. Te echamos mucho de menos abuela. Te quiero muchísimo.
 Gracias por cuidarme desde allí arriba. 

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